La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Navidad: Que el nacimiento eterno se produzca en mí

"Celebramos aquí en esta vida temporal, el nacimiento eterno que Dios Padre ha realizado y realiza aún sin interrupción en la "eternidad" y que este mismo nacimiento se ha producido también en el tiempo, en la naturaleza humana. Este nacimiento se produce siempre, dice San Agustín. Pero cuando no se produce "en mí", ¿qué me importa? ¡Que, por el contrario, se produzca en mí, es toda la cuestión!  (... ) Para un hombre natural e inexperto este nacimiento es algo completamente alejado y desconocido". (Maestro Eckhart, del nacimiento eterno)

Alucinada escucho lo que una marca de preservativos nos propone: "Estas Navidades regala orgasmos". Vale... muy bien, un orgasmo nunca es algo malo, es una explosión de amor, de vida, de pasión, sobretodo si sucede en una relación consentida y amorosa, claro está. Pero dudo mucho que uno pueda ir por ahí reglando orgasmos al personal "porque yo lo valgo"... En fin, no abundo más porque el tema daría para mucho y no es mi intención.

Simplemente, me surgía pensar qué bonito sería poder regalar "orgasmos espirituales", o sea, verdaderas experiencias de Amor, de Luz divina, experiencias transformadoras... Pero eso... es un puro don, aunque nos podemos preparar para él, podemos desearlo y podemos ejercitarnos eliminando o debilitando todas las capas que nos alejan del fondo divino que nos habita. Dejar  de ser personas "naturales e inexpertas" en lo que a lo espiritual se refiere.

Este es mi deseo para todos y todas los cristianos que anhelamos vivir en y con Dios: QUE EL NACIMIENTO ETERNO SE PRODUZCA EN CADA UNO DE NOSOTROS, sólo así se producirán en la Humanidad. El nacimiento eterno, es decir: la plena manifestación de Dios en nosotros, Amor, Paz, Justicia, Alegría. Ese sería un buen orgasmo planetario, la realidad de una una Paz fruto de la Justicia enraizada en el Amor y fuente de Alegría para absolutamente todos y todas.

El resto de oropeles, compras compulsivas, empachos y obligaciones sociales, eso nunca ha sido ni será Navidad.

Desde aquí a los cristianos, a quienes creemos que ese Niño de Belén es algo más que una figurita muy simpática, os deseo muy FELIZ NAVIDAD.

lunes, 18 de diciembre de 2017

Una propuesta: Ser María

Anuncio del nacimiento de Jesús según San Lucas

A los seis meses, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, pueblo de Galilea, a visitar a una joven virgen comprometida para casarse con un hombre que se llamaba José, descendiente de David. La virgen se llamaba María.  El ángel se acercó a ella y le dijo:
―¡Te saludo, tú que has recibido el favor de Dios! El Señor está contigo.
Ante estas palabras, María se perturbó, y se preguntaba qué podría significar este saludo.
―No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—.  Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.  Él será un gran hombre, y lo llamarán Hijo del Altísimo. Dios el Señor le dará el trono de su padre David,  y reinará sobre el pueblo de Jacob para siempre. Su reinado no tendrá fin.
 ―¿Cómo podrá suceder esto —le preguntó María al ángel—, puesto que soy virgen?
 ―El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Así que al santo niño que va a nacer lo llamarán Hijo de Dios. También tu parienta Isabel va a tener un hijo en su vejez; de hecho, la que decían que era estéril ya está en el sexto mes de embarazo.  Porque para Dios no hay nada imposible.
 ―Aquí tienes a la sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho.
Con esto, el ángel la dejó.

Aún no es Navidad sino que los cristianos vivimos el tiempo fabuloso del Adviento. Tiempo de Espera, tiempo de Esperanza, tiempo de "stand-by". Oportunidad para "preparar los caminos" que nos llevan al descubrimiento de Dios. Caminos accesibles a los limpios de corazón, a los sencillos. Caminos accesibles a los que se sitúan ante lo Profundo y el Misterio como María de Nazaret.
Te propongo terminar esta "cuenta atrás" antes de la noche de Navidad, contemplando a María, dejándote enseñar por ella.
Una mujer que recibe en su corazón una experiencia que rompe absolutamente con todas las formas de entender a Dios y lo divino. Lo que María comprende en su corazón es un Anuncio que revela y desvela a Dios. A María se le abren los ojos del entendimiento y del corazón y puede "ver" la "forma" que Dios desea adoptar para seguir amando a su pueblo, a la humanidad. María entiende que Dios decide adoptar la forma que nadie esperaba: la de un rey sin trono, un poderoso indefenso, un gran hombre alejado de los grandes hombres.
María acoge con sorpresa, con asombro pero abiertamente una descripción de los planes de Dios en los que ella es invitada a participar activamente. Ella, una jovencita de un pueblito es saludada e invitada a la felicidad suma por Dios. Ella, mujer, es decir, poca cosa o nada en aquella sociedad, es tomada de la mano por Dios, no sólo "tenida en cuenta" sino invitada a abrir o cerrar la puerta de acceso de la Encarnación. Su acogida o su rechazo a semejantes planes divinos, cierra o abre. Dios "se la juega" a una carta con María y en María. 
Y ella, sin salir de su asombro, haciendo preguntas porque no acaba de comprender "cómo puede ser" todo eso que Dios quiere que sea, simplemente dice: "Que se haga". María, del linaje espiritual de los "pobres de Yahwéh", puede abandonarse por completo precisamente por ser "anawin", pobre de espíritu y, por ello, bienaventurada, feliz, dichosa. Ella lo vive dentro de sí años antes de que su hijo lo proclame en las Bienaventuranzas del Reino. 
María abre la puerta a lo divino-humano y, dado su "sí"... El mensajero, la experiencia interior transformadora, termina. Toca volver a lo cotidiano a lo de siempre... Pero María ya no es la misma. Su capacidad de percibir las huellas de Dios es ahora infinita, a partir de ese momento acoge y guarda con veneración y sabiduría todo cuanto acontece, lo guarda todo en su corazón. Eso le da una mirada nueva que la pone en camino a Ain Karim a ayudar a su prima Isabel,  más tarde, esa mirada profunda y aguda, impelerá a Jesús a realizar su primer milagro en Caná, la llevará hasta los pies de una cruz y la situará como centro del cenáculo el día de Pentecostés.
Por ello me invito y te invito a "ser María": aprender de ella a acoger, gestar y dar a luz la Vida que Dios pone en cada uno de nosotros. No permitir que falsos anuncios nos estorben la escucha y la Presencia de lo que Dios dice y hace en nuestras vidas, de sus planes para con nosotros. 
Permítete, antes de los villancicos, cenas y y comidas, un tiempo para "ir más allá" o dejarte conducir más allá. Permítete y regálate un tiempo de contemplación al estilo de María. Abierta y confiadamente Escucha lo que Dios quiere decirte en tu Centro. Deja que él brille en ti y te haga "madre/padre" de la divinidad que te habita y que plenifica tu humanidad.
Sé María: deja que Dios cumpla en ti su Palabra. Sólo así es Navidad.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Remendando redes

Leía hoy que uno de los antiguos altos ejecutivos de Facebook afirma que "las redes sociales están desgarrando el tejido social". Mientras leía su punto de vista y cómo él mismo apenas usa ya las redes de internet, pensaba y sentía un cierto alivio. Si, porque a veces pienso si no seré un bicho raro porque donde muchos ven algo genial yo veo algo que nos está matando poco a poco, atontando, empequeñeciendo el pensamiento y haciéndonos muy, muy dependientes de "estar" y de que alguien le de al "me gusta" o "retuitee" lo que hemos escrito. Tanta atención a todo tipo de pantalla nos hace perder momentos únicos, oportunidades, conversaciones, silencios...

Me sorprende mucho que los presidentes de naciones digan ciertas cosas en sus redes sociales. Me asombra y asquea el mundo de los "comentarios", toda la agresividad, tópicos, y burradas que en ellos se vierten, La cantidad de informaciones falsas o apenas contrastadas que vuelan libres por el ciber espacio me asustan por lo que generan en mentes poco o nada formadas...

Ni imagine el lector que vivo asustada ni al margen de las redes (este blog es parte de esa red y también tengo mi muro de Facebook), pero sí pienso a menudo que la llegada masiva y rapidísima de este mundo de internet a nuestras vidas no nos ha pillado precisamente maduros para hacer de ello un uso acertado. Para mí, comienza a parecerse a lo que llamamos "drogas blandas" pero drogas, al fin...

Sí, creo que poner la mirada en la pantalla del ordenador o del móvil más horas que en los ojos y rostros de los que nos rodean, rompe la red humana imprescindible para vivir. me apena ver a personas pasear su precioso y divertido perro sin mirarlo: el perro por delante, con una mano sujetando el dueño la correa y con otra el móvil. Madres y padres sujetando el cochecito con una mano, con la otra el móvil. Comensales a una mesa sin mirarse en mucho rato atentos al "guasap"... Escenas ya tópicas cuando hablamos de estos temas, pero reales y tristes...

Urge tomar la iniciativa cada uno y "remendar" los agujeros que la atención a las redes sociales está creando en nuestra vida. El hilo y la aguja para tal remiendo es apagar el móvil, usar menos o nada las redes sociales... ¿alguien se atreve? Conozco varias personas que sí...

Urge... Lo sentí cuando en el último puente, viajando en el metro de Madrid, nadie, ni yo misma, nadie se acercó a ver si un joven medio caído en su asiento de forma muy extraña, estaba vivo o muerto. La mayoría se protegía tras la pantalla del móvil, los más clásicos mirando a otro lado (versión antigua para hacer que no se ve lo que no se quiere ver). Sólo cuando en una de las paradas un hombre del equipo de seguridad el metro se acercó y vio que realmente estaba muy mal, todos vimos lo mal que estaba. Lo sacó medio desmayado y aún hubo quien se moría de risa, porque una vez sentado  en el andén se caía hacia un lado mientra el de seguridad pedía ayuda por el teléfono interno... Se reían y si hubieran podido, lo hubieran grabado con el móvil para colgarlo en el Facebook.

Así nos va... Sin poder ya distinguir a veces ficción de realidad, más atentos a lo virtual que a lo que tenemos al lado.