La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

martes, 26 de junio de 2012

¿Globalidad? ¿Qué globalidad?

Si global es el mundo, si somos ciudadanos de una "aldea" llamada mundo, globales debieran ser no sólo las crisis sino los avances. ¿Por qué sólo compartimos y exportamos las guerras, los abusos, los miedos, la violencia, lo mediocre? ¿Por qué cuesta tanto que den la vuelta al mundo "global" las vacunas, la cultura, el amor, la compasión, las buenas ideas, el dinero, los avances científicos?

Si global es la crisis planetaria, globales debieran ser las soluciones. Pero no, parece que lo bueno y lo mejor se quedan siempre, por una extraña inercia, en las mismas zonas, entre los mismos meridianos y paralelos, como si los gajos más sabrosos de la inmensa y jugosa Madre Tierra estuvieran siempre en las mismas franjas horarias, altitudes y latitudes.

Ya cansa un poco, o un mucho, que nos quieran vender tanta mediocridad política y tanta chapuza bajo el epígrafe de "único camino para salir de esta crisis". Ya cansa e indigna que al egoísmo redomado y a los ladrones de guante blanco nos los vendan como normalidad o como el mejor de los males.

Un mundo global... ¿quién acuñó ese término? ¿alguna vez no ha sido global el mundo si todos respiramos el mismo aire, si todos recibimos los mismos rayos de sol y la misma lluvia? ¿Acaso no comemos, los que podemos comer, de los frutos de la tierra y el mar? ¿Quién decretó que en un momento determinado el mundo era ya global? ¿Tan sólo porque hay una red virtual que nos "une"? ¿Acaso tal red nos ha hecho más hermanos o quizá no sea sólo un camino fácil e incluso a veces facilón, de dejarse ver, de anunciarse, de emitir cualquier opinión? La "bondad" de internet y de las redes sociales se demostrará si quienes tenemos acceso a ellas humanizamos no sólo la red, sino el mundo real, el que está más allá de la pantalla del ordenador o del móvil , llevando a la vida diaria lo que publicamos y aireamos en blogs, webs, vídeos...

Un mundo global, sí, la tierra siempre lo ha sido, hizo falta que alguien lo dijera para que nos enteráramos, pero, sigo percibiendo que tal globalidad es un tanto caprichosa y "elitista": los problemas y cargas pesadas para todos, las soluciones y lo bueno...sólo para unos pocos y siempre los mismos. Sospecho de tal globalidad.


martes, 19 de junio de 2012

LA PRESENCIA

Y otro curso escolar que termina. Algunos alumnos/as han terminado una etapa, los pequeñines del último curso de Infantil, al regreso serán alumnos de Primaria; los que han terminado Primaria estrenarán la Secundaria en su fase preadolescente. Algunos alumnos de Secundaria darán el salto a Bachillerato o Ciclos y, los que ya terminaron Bachillerato, pasando el susto de la selectividad se adentrarán en los territorios universitarios. Todo en movimientto, todo fluyendo. Sólo nosotros, los/as "profes" seguiremos en el mismo lugar, quizá nos cambien de etapa, o de clase, quizá alguno deje atrás la responsabilidad de la tutoría y otro la estrene entre nervioso/a e ilusionado/a. Pero los/as "profes" seguimos firmes como rocas en medio del océano siempre en movimiento del crecimientode nuestros/as alumnos/as.

A veces es bueno recordar esto tan evidente: nuestros/as alumnos/as crecen, cambian, han venido y, cuando sea el momento se irán y, entonces ¿QUÉ RECORDARÁN? Seguramente no recordarán la lección 17, ni otras muchas cosas, a no ser las que les sirvan en su formación futura y en su vida laboral, pero, ni aún así eso será lo que más recordarán. Todos/as, con el paso de los años, recordamos del paso por el colegio algo más total y definitivo: me sentí querido/a valorado/a o no.

Cuando un curso termina siempre me pregunto cuantas de mis palabras o insistencias habrán calado de verdad en los chavales. Mi voz es una más en medio de un mar de voces. Pero sé que algo sí puede quedar en el recuerdo y es la PRESENCIA. La presencia de un/a educador/a es más que sus palabras, la presencia de un/a educador/a es una forma de estar que hace que cada niño/a, cada adolescente con el que se cruza, se sienta o no querido/a, se sienta o no escuchado/a, se sienta o no tratado/a con respeto, se sienta o no potenciado/a en sus capacidades y ayudado/a en sus puntos débiles. 

La presencia se construye de miradas, de silencios, de paciencia, de sonrisas y guiños, de "toques", de interés real, de escucha del alumno/a, no sólo de lo que dice, sino de cómo lo dice. La presencia presupone un adulto/a que se conoce y que tiene autocontrol, capaz de no dejarse llevar por las aguas más tumultuosas de las salidas de tono de los/as alumnos/as.

No va mal relativizar un poco otras cosas, otros resultados y volver a gustar internamente que el/la educador/a lo es de personas en construcción, es decir: un cúmulo de pensamientos, emociones, capacidades y límites, cuerpo, mente y espíritu aún por desarrollar. Somos jardineros/as que han de saber cuidar un jardín pujante de flores de diferentes formas y colores. A todos no les podemos dar ni pedir lo mismo, a cada uno la dósis de presencia amorosa y respetuosa que necesita.

Cuando se vayan...¿Qué recordarán? Ciertamente sólo las presencias, y de ellas, las que haya percibido como presencias amables.

miércoles, 13 de junio de 2012

Llénate de cosas buenas

Me dices que estás triste. Me dices que no te sientes bien contigo/a mismo/a. Me dices que no encuentras, que te aburres, que te asaltan los mismos pensamientos una y otra vez y que tropiezas con la misma piedra cada día. Me dices que hay un vacío en ti que has buscado llenar con cosas que, al final, te han hecho daño dejándote más vacío aún.

¡LLÉNATE DE COSAS BUENAS!

Escucha música, escúchala con todo el cuerpo, hasta que la piel se te ponga de gallina y te eches a llorar de emoción, de pura belleza.
Lee un montón de buenos libros, variados, largos y cortos. Lee tebeos como cuando eras niño, lee un cuento para acunar a tu niño interior. Lee poesía.
Escribe sin pensar. Llena un cuaderno con frases locas, con desahogos íntimos, con poemas y ripios que luego nadie leerá.
Llama a tus amigos para interesarte por ellos. Escribe a tus amigos, chatea con tus amigos, envíales un SMS con un deseo de felicidad.
Prepárate una comida sana, rica, llena de colores y texturas, invéntate un plato que alimente tu cuerpo y tu alma.
Cocina para tus amigos, para tu pareja, para tus padres, para tus hijos...
Expulsa los pensamientos destructivos, feos, oscuros.
Mírate al espejo y sonríete: ¡cómo podría hacer daño a un/a tipo/a tan fenomenal!
Haz deporte, cansa sánamente tu cuerpo y ponlo en forma, más bello sin obsesiones malsanas.
Prohíbete cualquier conversación, pensamiento, imagen, relación que rebaje tu nivel cultural, moral, espiritual. Sé fiel al don que se te ha dado y auméntalo llenándote de cosas buenas.
Dí a quien amas que le amas y que intentarás ser fiel a ese amor siendo el mejor tú posible, pero también pidiendo ayuda cuando no sepas por donde tirar.
Dibuja, como un/a niño/a, haz garabatos, déjate llevar por lo colores y las formas.
ORA... Habla con Dios, quédate dormido/a en su regazo, déjate mecer por él /Ella, ábrete a su Luz.
Ayuda a otros, piensa en otros con amor y respeto, con veneración. 
Sé gratuito, haz de vez en cuando cosas que no te aporten nada material a ti pero sí algo bueno a otros.
Da las gracias a todos, cada día, hasta por pequeñas cosas, nunca creas que alguien te debe nada pero tampoco seas servil, simplemente SÉ AGRADECIDO/A.
Sonríe, sonríe, sonríe, tú lo sabes, una sonrisa hace tanto bien al que la da como a quien la recibe.

Sí, por favor, LLÉNATE DE COSAS BUENAS, crea en tu interior un almacen de cosas bellas, armoniosas, dulces, agradables, generosas, limpias. Alimenta tu alma de belleza.

¡LLÉNATE DE COSAS BUENAS!


domingo, 3 de junio de 2012

HOMENAJE A LARA

Hoy quiero rendir homenaje a alguien muy especial: LARA. Generalmente los homenajes se hacen a personas ya mayores (o peor, muertas...), pero yo quiero homenajear a una joven de 22 años. ¿Y qué ha hecho para merecer un homenaje? Pues ser ella, ser Lara.

De los muchos jóvenes a los que he conocido impartiendo talleres o dirigiendo retiros, Lara es el regalo, el gran regalo. La conocí con 15 años. Decidió abrirme su corazón y...¡me enamoró lo que pude atisbar! Y me hizo partícipe de su vida. Desde entonces en cada encuentro ella me ha permitido asomarme a su interior, a su vida. ¡Qué sensación de pisar terreno sagrado! 

Hoy Lara vive un momento especialísmo y, recordando los pasos dados desde que la conocí, pero desde mucho antes, hace nacer en mí una gran admiración. Admiro su valentía, su capacidad de búsqueda, su total sinceridad consigo misma  y con los demás. Admiro su fe profunda en medio de un ambiente que no lo pone nada fácil. Admiro su pasión vital, su creatividad. 

Lara no es perfecta porque nadie lo es, pero Lara merece mi homenaje porque está cuidando de su vida, está escuchando más allá de la superficie permitiendo así que su Esencia se manifieste. Merece mi homenaje porque cuenta con Dios, habla con él, en unos momentos más que en otros, como a todo creyente le sucede, y lo hace porque le dejó manifestarse en su vida y ella acogió esa manifestación y cuidó de ese tesoro y lo cuida hasta hoy.

Lara se ha dejado afectar por Dios y por los más pobres. Ha hecho cosas que muchos cristianos de años y años de fe no haríamos. 

Lara se ha ido transformando en una mujer bella por dentro y por fuera. Una mujer consciente de sus aciertos y errores. Una mujer joven que se apasiona con la vida y sueña alto pero no se pierde en los sueños sino que pone los medios para hacerlos realidad.

Cuando me dicen que los jóvenes "esto o lo otro" yo pienso en Lara y sé que no hay jóvenes en general, sino "este" y "aquel", con nombres y apellidos y Lara es una joven de bandera, de las que se implican, de las que gozan, de las que ayudan, buscan, preguntan, no se conforman, arriesga...

Os invito a homenajear a los jóvenes maravillosos que conocéis, tal y como están las cosas se lo merecen y aunque no estuvieran así las cosas...¡se lo merecen!

Lara: desde aquí mi homenaje, quizá preludio de ese libro que nació como idea en una de nuestras conversaciones y que espero pueda hacerse realidad, quien sabe si incluso realidad cinematográfica. Alzo una copa imaginaria para brindar por ti, por esta nueva etapa que resulta prometedora de verdad y brindo por el bien que tu vida ha hecho y hará a tantos, seguro que a más de los que hoy puedes imaginar. ¡VUELA, LARA, VUELA!