La Vida se manifiesta en nuestras vidas siempre y cuando mantengamos abiertos los caminos del interior. El actual ritmo de vida y los requerimientos de nuestra sociedad dificultan cada vez más ese acceso al interior personal en el que se encuentran las materias primas para la construcción de nuestras vidas. Sin darnos cuenta, nos autoexiliamos de nuestro hogar interior. Allí, utilizando la imagen del Maestro Eckhart, Dios se encuentra como en su casa, pero nosotros nos sentimos extranjeros.

Educar la Interioridad es favorecer los procesos y proporcionar las herramientas que nos permitan volver a casa, al hogar interior para desde allí vivir unidos a los demás, al mundo, a Dios.

viernes, 31 de diciembre de 2010

La sensación podría ser semejante a aquella que nos producía en los primeros años escolares el estreno de un cuaderno. Recuerdo vívamente el cuidado al escribir las primeras palabras poniendo toda la atención para hacer la mejor caligrafía. Pasábamos las hojas con cuidado de no arrugarlas... Así los primeros días, luego... pues poco a poco el cuaderno se llenaba de algunos borrones, alguna página arrancada, alguna arruguilla.

Siempre nos pasa igual. La novedad convoca a la ilusión y al esmero, trae consigo el cuidado y el deseo de hacer las cosas bien. Esta noche, al recibir el año nuevo, nos sentiremos un poco niños y niñas con un cuaderno nuevo, por estrenar, un cuaderno con 365 páginas en blanco, que huelen a nuevas y todos desearemos escribir cada uno de esos días con nuestra mejor caligrafía. Brindaremos por lo nuevo y desearemos que sea mejor que lo pasado.

Sin embargo, la vida no se detiene, es un fluir sin fin. Los segundos previos a las doce campanadas y los posteriores simplemente nos anunciarán que estamos vivos, que cada uno sigue teniendo ante sí la responsabilidad de continuar cuidando del regalo de la vida.

El nuevo año no traerá más novedad que aquella que nosotros queramos admitir en nuestra vida. El nuevo año es el resultado de la contabilidad del tiempo consensuada, pero la Vida es eterna e infinita y se manifiesta en nosotros y nos pide vivirla despiertos, en actitud de diario brindis y sorpresa. 

Cada noche debiéramos brindar en nuestro corazón por la vida, abrirnos a la vida nueva, que es más que el año nuevo.

Brindo con cada uno de vosotros y de vosotras por el continuum vital. Pido para cada uno y cada una la Sabiduría que viene de lo alto para saber vivir en plenitud. Pido en mi oración por los hermanos y hermanas para los que terminar un día es ya de por sí un milagro.

¡Feliz Vida!

martes, 28 de diciembre de 2010

Tocar la orla de tu manto...

Intento escuchar...

Como la mujer hemorroísa
me fuerzo a mí misma a ir más allá,
a atravesar la multitud que me impide encontrarme con  mi Dios,
con aquel que es mi Paz, mi fuente de Energía... La Verdad.

Esa multitud que son mis voces,
los gritos, murmullos y cansinas repeticiones de mi mente,
la gran tramposa, la pantalla en la que se proyectan las sombras de mi ego.

Yo lo intento...
me adentro en la multitud e intento traspasarla,
a veces a codazos
otras suavemente,
atravieso la multitud de mis pensamientos,
de los cantos de sirena de mi yo,
y sigo, continúo remando rumbo a Itaca,
continúo caminando hacia Canaán,
no ceso de anhelar y tener nostalgia de Sión,
esa Tierra Prometida que sé existe en mi interior.

Atravieso la multitud,
sé que puedo llegar,
sé que podré llegar a tocar siquiera,
con la punta de mi pobre corazón,
la orla de su manto
y sé, sí, lo sé porque ya lo viví,
que entonces todo quedará sanado,
que la vida que se me escapa del cuerpo
quedará recogida en un abrazo de Amor eterno.

Por eso, hoy más ciega y más seca
intento escuchar,
atravesar...ir más allá de mí
para escucharle a ÉL.

Y sé, que no soy yo quien voy,
es Él quien viene a mí
y yo... yo que creía adentrarme
soy, al crecer el deseo, adentrada.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

El enemigo de la fe: el miedo

El miedo, el gran agujero negro en la vida de toda persona. El miedo lo fagocita todo cuando le damos espacio. El miedo busca sus disfraces para ganar la partida a la confianza: los celos son una forma de miedo, miedo a no ser amado en exclusiva o a no ser tenido en cuenta, el miedo se viste de agresividad para protegerse, otras veces mordisquea nuestro ego y le pone en guardia contra enemigos no existentes, pero él se encarga de presentárnoslos como muy reales.

Y, si el miedo es absolutamente destructivo en la vida de toda persona, aún lo es más en el terreno de la fe y...¡de qué manera tan impresionante se cuela el miedo en el camino de fe! Pero su peor rostro asoma en las estructuras religiosas, en la dimensión institucional de la fe. Ahí parece que el miedo encuentra un caldo de cultivo paradójicamente perfecto, y digo paradójicamente porque las religiones nacen de la fe que es justo la antítesis del miedo.

¿En qué o en quién confía un creyente? En Dios. De él afirmamos que es el Creador, que todo viene de él y hacia él va...¿por qué temer que algo quede fuera de el? A excepción del mal que destruye al hombre y a la mujer, ¿podemos decir que algo en este mundo está fuera de la esfera de Dios, de su mirada amorosa? A Juliana de Norwich, en el siglo XIV le fueron reveladas estas palabras en su corazón "Todo es necesario, todo, incluso el pecado y todo acabará bien" ¿nos lo creemos? ¿dejamos a Dios ser Dios hasta el límite de confiar en que esta historia nuestra acontece dentro de un plan salvífico, a pesar de todo?

En otro orden de cosas: ¿Puede un creyente auténtico temer el contacto profundo con otros creyentes, con otros caminos espirituales o incluso ateos? Desde mi experiencia respondo un radical NO. 

Creo que en el ámbito cristiano actual urge una revisión de muchas categorías teológicas  y de caminos pastorales que nos están conduciendo a una esterilidad grande, a arrastar unos lastres que nos dificultan sobremanera dialogar fecúndamente con el mundo actual y con las otras religiones

El siglo XXI se está manifestando como un siglo que nos llama a las religiones a purificarnos de todo lo que son lastres históricos de búsqueda de poder, de número, de significatividad basada en cánones humanos. El siglo XXI nos invita a los creyentes de todas las tradiciones religiosas y caminos de sabiduría a aunar esfuerzos, a crear espacios en este planeta, espacios visibles y concretos que sean una parábola de fraternidad. El diálogo interreligioso es hoy como nunca, una exigencia, no una mera necesidad, y nunca debiera ser ya una mera anécdota en la vida de fe.

El diálogo interreligioso no puede limitarse a algunos encuentros entre los líderes religiosos más relevantes o entre expertos de unas y otras religiones. Para que sea significativo, para que geste de verdad un cambio en nuestra forma de vida, en nuestra forma de sentir las otras religiones, debe acontecer en la vida de todos los creyentes con la misma naturalidad con la que se viven otras propuestas. Mientras el hombre y la mujer " de a pie" no podamos acceder con facilidad a experiencias de diálogo, oración y convivencia con creyentes de otras tradiciones religiosas, no podremos hablar de auténtico diálogo interreligioso.

Hoy deberíamos tener el valor y la creatividad suficiente para crear comunidades-receptáculo, espacios capaces de acoger la hondura de la vivencia humana y espiritual de todos y de todas.

Ayer veía la larga cola de hermanos musulmanes que esperaban a las puertas de la parroquia que hay junto a  mi casa para recibir alimentos de Cáritas, hermosa labor, hermoso símbolo: a todos damos, sin mirar su credo o raza...Sí... pero ¿imagináis qué hermoso si además de compartir los alimentos se ofreciera un espacio en esa parroquia para alabar a Dios bajo diferentes nombres por los dones compartidos, por la generosidad de quienes nos los dan...? Eso crea problemas pastorales en muchos. Aparecen el miedo al sincretismo religioso, a la pérdida de identidad... de esta manera, seguimos cada uno en nuestras parcelas más o menos grandes o pequeñas, pero sin transitar los caminos del auténtico encuentro...¿Quién enseñará a las nuevas generaciones el valor del diálogo entre la religiones si nadie da el paso de favorecer espacios visibles y claramente interreligiosos? y si las nuevas generaciones no son educadas en tal capacidad de diálogo, los fundamentalismos seguirán encontrando abonado el camino.

Estoy muy cansada de escuchar todo tipo de críticas contra los musulmanes, generalmente en boca de personas que casi no tienen contacto con la realidad islámica. Mi gran inquietud es que, si seguimos poniendo dificultades al verdadero diálogo interreligioso que pasa por orar con el otro, por conocer al otro, por escuchar, por dejar fluir la amistad personal, por abrirse... si eso no comienza a darse, entonces seguiremos para siempre jamás sospechando unos de otros, juzgándonos unos creyentes a otros y nada cambiará.

Desde aquí pido valentía a los líderes religiosos, a los pastores, a los que pueden apoyar oficialmente el diálogo interreligioso. Os pido que no tengáis miedo. La fe es don de Dios, nadie se la da a nadie. Orar con otros hermanos de otras tradiciones no me resta un ápice de mi  fe cristiana, es más, la hace crecer, la enriquece, me lleva a revisar mis creencias...

Pido valentía a los creyentes, que nos abramos al Espíritu. Este mundo nuestro está enfermo de división, de violencia, de pobreza causada por unos pocos que lo quieren todo... Las religiones atesoran palabras y experiencias que son bálsamo e inspiración para la familia humana. Si las religiones conviven en paz, la paz será más posible.

Y... por desgracia, creo que el miedo está ganando el terreno a la fe. Lo percibo a mi alrededor en las zancadillas, obstáculos y críticas que se dirigen hacia los grupos que asumen el diálogo interreligioso con todas sus consecuencias. Sí, por desgracia, parece que el miedo puede aún más que la fe en este terreno.

martes, 21 de diciembre de 2010

CRECER ES ELEGIR

Hace un par de años me encontré con esta frase de Georges Moustaki: Crecer es elegir hasta convertir lo que uno ha nacido en lo que uno es.

En muchos de los talleres de interioridad con adolescentes les he propuesto esta frase como inicio o como final del trabajo. En general a los chavales no les cuesta entender el significado de la frase pero una cosa es comprender el sentido de las palabras y otra es llegar a intuir del periplo vital que nos plantea.

La frase iguala los verbos crecer y elegir: crecer es elegir. Este tema del elegir últimamente me da mucho que pensar porque la elección siempre conlleva posibilidad de error ya que elegir algo supone rechazar otras cosas. ¿Quién me asegura que aquello que hoy elijo es lo mejor lo bueno en la situación en la que y para la que realizo la elección? Y me da la impresión de que muchas veces dejamos de tomar decisiones y de afrontar elecciones porque tememos equivocarnos, como si equivocarse fuera un gran pecado o una gran mancha en nuestro currículo vital.

El concepto de elección atraviesa toda la Sagrada Escritura. El verbo "conocer"(en hebreo "yadah") utilizado sobretodo en los relatos de vocación de los profetas es un verbo que pertenece a la esfera sapiencial y que connota elección y afecto. Elección que es reconocimiento: Dios reconoce al profeta como hijo, como elegido. Previa se halla la elección del pueblo, de Israel. Pero, curiosamente, el que es elegido, en este caso el pueblo, olvida a Dios, se queja y busca otros dioses. La historia de la Alianza de Dios con Israel es una historia de una continua ruptura de la Alianza por parte del pueblo y de una continua búsqueda de conversión de los corazones por parte de Dios. Podríamos decir que Dios mismo parece equivocado en su elección, ha fijado sus ojos en un pueblo débil, de duro corazón, que no sabe reconocer la maravilla que Dios le ofrece con su Alianza. 

Sin embargo, Dios enseñará al pueblo que la Alianza que el propone reside en el corazón de cada persona y que proviene de Él. No es el hombre quien origina la Alianza, es Dios su fuente y origen y Él le es fiel eternamente: "Aunque tu padre y tu madre te abandonen, yo no te abandonaré". Más aún , es Dios mismo quien capacitará al pueblo para poder ser fiel a la Alianza: cambiará el corazón de piedra del pueblo, por un corazón de carne, es decir, un corazón capaz de acoger el espíritu de la Ley.

¿Qué nos puede aportar todo esto a la hora de vivir el riesgo de nuestas elecciones vitales? Desde mi punto de vista creo que entender que toda elección tiene un origen afectivo y de reconocimiento arroja luz a nuestros posibles fallos o equivocaciones. Nuestros afectos pueden estar desordenados (me pregunto si alguna vez están ordenados...). Elegimos movidos por múltiples motivaciones que nunca serán puras. Nuestra capacidad de reconocer aquello elegido como lo deseable y bueno en un momento dado puede provenir de un reconocimiento parcial, no completo. Junto con ello ¡cuántas veces no sólo no nos equivocamos, sino que acertamos de lleno en lo elegido!

La frase de Moustaki añade la idea de que nos construímos a nosotros mismos a base de elecciones. Así es, casi toda la vida consiste en elegir, en buscar las piezas que deseamos formen parte del puzzle de nuestra vida. Hay piezas que elegimos nosotros y otras que nos eligen... Hay elecciones que precisan ser mantenidas toda la vida a pesar de la dificultad para hacerlo y otras que pueden y deben evolucionar al ritmo de nuestro crecimiento personal.

El creyente, además, cuenta con la ayuda, el "plus", de la presencia amorosa de Dios que nos da su Espíritu, Aquel que ilumina las elecciones más hondas y definitivas. Mi experiencia más hermosa en este sentido ha sido la de sentime acogida y amada tanto en los aciertos como en las equivocaciones, en mi fortaleza y en mi debilidad. Ahí siento que yo soy elección de Dios, que Él ha optado por mí y no me retira su Amor jamás. Pero eso no quiere decir que Él decida por mí, al contrario, ese amor me lanza a ser responsable de mi vida para convertir lo que he nacido en lo que soy. Espero que, si llego a viejita, pueda mirar atrás y comprender que mis elecciones, acertadas o no, me hicieron más plenamente yo, felizmente yo. Os deseo lo mismo.

viernes, 17 de diciembre de 2010

El rostro es un imperativo ético que dice: no matarás (E. Lévinas)

MÍRAME A LOS OJOS

No tengas miedo,
yo no lo tengo.
Mírame a los ojos,
te estoy mirando,
busco tus pupilas y te ofrezco las mías.
No me opacan ahora muros convencionales,
descorro mis seguridades y mis velos,
adéntrate que no tengo miedo
más bien sed de abandonarme
y, si lo deseas, ser tu descanso.

No tengas miedo,
yo no lo tengo.
No llevo armas en el iris de mis ojos
y en tus ojos tampoco las encuentro.
Vacío mis cuencas de prejuicios, juicios y recuerdos,
vacío estos ojos míos de quejas y miedos
mas, si se asomaran fugaces nubes en estas pupilas,
no me niegues tu mirada,
yo no retiro la mía,
somos limitados seres que se miran.

Tú y yo, hermano, hermana, vulnerablemente frente a frente
en preámbulo de abrazo,
con nuestras historias a cuestas,
nos miramos,
más aún, nos contemplamos:
icono que contempla, icono contemplado,
una oportunidad para la transparencia,
ese es el milagro cuando nos miramos, hermano, hermana...

No tenemos miedo,
lo hemos anulado
con el poder de una mirada desnuda,
alejándonos de la posesión y la curiosidad,
profundamente contemplando.
El mundo mejora cuando nos miramos, hermana, hermano...

jueves, 16 de diciembre de 2010

FLORECER EN INVIERNO

La naturaleza es una fuente de sabiduría. Seguramente una de las grandes pérdidas de la vida urbanita sea la de tener cada vez menos contacto con el medio natural. Nada más pacificador que escuchar el silencio de un monte, el murmullo del mar en calma, el sonido del viento. Nada que nos resitúe más que contemplar la inmensidad del mar tempestuoso o sentirse minúsculo en la cima de una montaña.

Sí, la naturaleza nos habla del ser en estado puro. En la naturaleza cada elemento es lo que es. El árbol es árbol y no pretende ser otra cosa, la piedra es piedra, la flor es flor... Nosotros los humanos, a veces deseamos ser quienes no somos o camuflamos lo que somos bajo muchas máscaras.. La naturaleza nos habla del ser y del Ser.

Y también lo hace esa naturaleza en miniatura que son nuestras plantitas, esas que decoran y alegran nuestras casas. Me encantan las plantas pero no se me da muy bien cuidarlas, lo intento, pero casi siempre se me mueren, así que, llevaba tiempo sin tener plantas en casa para no vivir ese pequeño dolor de verlas morir sin saber porqué.

Pero el año pasado me animé a intentarlo de nuevo. Vida nueva, plantas nuevas y el deseo de aprender a cuidarlas. La primera que compré fue una clivia, es la planta que veis en las fotos. (no son fotos de mi planta, pero son clivias). Florece en primavera, sólo unos pocos días, el resto del año sigue creciendo pero sin flores.

Pues bien... Al regreso del puente, después de cinco días fuera de casa...¡mi clivia había florecido! Increíble. Y ahí está, lleva más de una semana floreciendo. Son florecillas en forma de campanilla, de color naranja suave, sencillas, suaves...Cada día me levanto y la miro y cuando llego a casa lo primero que hago es mirarla y le doy las gracias por regalarme en pleno invierno toda esa exhuberancia de color y belleza. Creo que ella me entiende y me habla con sus flores ...¿qué me dice? Pues simplemente que es posible florecer en invierno porque la vida verdadera está dentro de nosotros. Me dice que, a pesar de mis tristezas y desalientos, no deje de florecer. Me anima a permitir que emerja lo mejor que hay en mí aún cuando sea necesario regarlo con mis lágrimas. Cuando miro esta preciosa planta me emociono y la siento amiga y consoladora regalándome lo mejor que tiene: sus flores primaverales en pleno invierno como una palabra de ánimo y un impulso de vida.

BENDITA LA LUZ DE TU MIRADA II

Días atrás evoqué el poder de la mirada como recreadora de aquel que es mirado. Mi querida amiga Marisa me dedicó un día esa preciosa canción de Maná que dice "Bendita la luz de tu mirada desde el alma"...Pocas veces me han dedicado una canción, creo que nunca, por eso muy a menudo me descubro tarareando el estribillo y sintiendo que eso me reconforta, "escalfa el meu cor" (calienta mi corazón).

Hoy en Vitoria estamos a dos graditos bajo cero. Venía hacia mi despacho y los ojos me lloraban del frío y...me he puesto a tararear la canción de nuevo. Por eso he pensado que quería decir más cosas sobre la mirada.

Pienso en la importancia de la mirada en la educación. ¡Cuánto "poder" tiene la mirada de un/a profesor/a! Yo recuerdo algunas miradas de mis profesores y profesoras. Cuando eres niño/a esas cosas se te quedan grabadas: voces, olores, miradas...

Ya de mayor, siendo yo profesora, muchas veces me he dado cuenta de lo complejo que resulta poder mirar a tus alumnos/a a los ojos, a todos/as y todo el tiempo y de lo fácil que es lanzar "miradas generales". Cuando me adentré en la Eduación de la Interioridad una de las primeras cosas que trabajé muy conscientemente fue la mirada: mirar a cada chico y chica a los ojos, no permitirme "miradas generales". Mirar así, personalmente a cada uno, es estremecedor. No pocas veces he percibido que muchos chavales viven su primer momento clave en un taller o una convivencia a través de esa mirada.

De Don Bosco dicen que tenía esa fuerza amorosa en su mirada y que muchos chavales se decían unos a otros "Hoy D. Bosco no me ha mirado..." como sinónimo de algo triste. ¿Os imagináis que nuestros/as alumnos/as dijeran eso de nosotros? Querría decir que hemos hecho de nuestra mirada hacia ellos lugar de encuentro, palabra silenciosa, cauce de comunicación.

¡¡Despertemos nuestra mirada!! Despertemos nuestra capacidad no sólo de mirar sino de contemplar a cada chico, a cada chica. Que se sientan acogidos por una mirada amable, que se sientan reconocidos en su dignidad por una mirada profunda y amorosa, que se sientan escuchados por una mirada que les reconoce. Así en su corazón, algunos de ellos y de ellas podrá cantar "Bendita la luz de tu mirada desde el alma".

lunes, 13 de diciembre de 2010

Llamados a amar, creados para amar

Permitidme que profundice un poco más en el tema anterior. Arriesgarse a amar es todo un reto que cada persona soluciona como puede. Sin embargo, para mí como cristiana, hay un elemento clave: He sido creada por el Amor para amar. Cada religión tiene su forma de definir a Dios, los cristianos tenemos una definición para mí única, magistral, increible: DIOS ES AMOR. Así resulta que mi fe me dice que soy hija del Amor. Todo hijo se parece a sus padres, así pues... ¿puede ser que en mis genes resida la capacidad de amar? Creo que si. 

El Abbá que nos manifiesta Jesús, es Padre/Madre que ama locamente a sus hijos. Él nos llama a amar ("amaos unos a otros como yo os he amado") porque estamos creados por amor y en el amor. No podemos creer que el amor sea algo imposible en nosotros. Pero, ciertamente, constatamos que además del amor, en nuestro interior perviven el egoísmo, el miedo... y eso nos dificulta dejar fluir armoniosamente el amor que se nos ha dado. Ahi viene en nuestra ayuda Papá/Mamá Dios. Nos lo ha dado todo: a su Hijo que nos señala el camino y el Espíritu que es el mismísimo Amor de Dios vivendo en nosotros.

El sacramento del matrimonio es un signo muy hermosos de todo ello. Los esposos son los ministros del sacramento, pero el sacramento está ahí para completar, para dar fuerza al amor. Junto con la llamada, Dios siempre da fuerza, regala el "plus"que nos hace falta para vivir aquello a lo que somos llamados. "Te basta mi gracia, mi fuerza se realiza en tu debilidad" es lo que Dios dice a Pablo cuando éste experimenta su radical pequeñez e incapacidad. 

Amar a Dios también es permitirle que nos capacite para aquello para lo que nos llama. Cerrarse en los propios miedos nos acerca a Judas, que fue incapaz de creer en el poder de Dios para perdonar todo. Judas, embebido en su pecado, se aleja de la misericordia y se hunde en el abismo de la desesperanza que le lleva al suicidio. El contrapunto es Pedro: se deja mirar y surge el llanto sanador. Soy Judas cuando sólo me miro a mí y sentencio mi incapacidad para amar. Soy Pedro cuando, consciente de mi pequeñez, me dejo sin embargo mirar y sanar por la mirada amorosa de Dios. 

Así pues, mi fe me dice que "todo es posible para Dios", hasta que alguien imperfecto y frágil como yo pueda amar de corazón a otros. Mi fe me dice que soy hija del Amor y por ello capaz de amar. Dios me ha creado por amor y Dios me llama a amar. Podré quejarme y poner excusas, pero lo cierto es que si le dejo, Dios me dará todo cuanto necesito para saber amar. ¡Qué buena noticia!

ARRIESGARSE A AMAR

La fe es un riesgo porque confiar es un riesgo pero un riesgo que vale la pena. Hoy quiero animar y abrazar desde aquí a todas aquellas personas que han tenido y tienen el coraje de arriesgarse. Especialmente quiero abrazar y dar las gracias a las personas que se arriesgan a amar.

Hoy no está de moda hablar de amor para toda la vida. Ya sea en la amistad, ya sea en la pareja, parece que casi todo el mundo sospecha del amor. Con los adolescentes lo constato a menudo. En pocos años la sospecha ha ganado terreno a la confianza. "¿Para qué confiar en alguien si te puede traicionar?" terrible frase en boca de chicos y chicas de 12 a 16 años... Pero es lo que se respira alrededor. 

Hace poco en  una de las asignaturas de Teología que curso, en concreto Matrimonio, el profesor nos decía que una pareja no puede soñar con un proyecto común si se comienza pensando en lo que puede salir mal. Nos ponía este ejemplo: imagina que va a comprar un coche lleno de ilusión y en vez de recibirte el vendedor te recibe el técnico del garage y lo primero que te explica son todos los fallos que puede tener o la cantidad de modelos como ese que han tenido accidentes... Lo normal es que salgas pitando y no compres el coche. Adiós ilusión. Pues así pasa hoy. Parece que en cuestión de amistades o de parejas se va afincando una mentalidad de la sospecha. En lugar del sano realismo que nos dice que es normal que no todo sea color de rosa, se da cancha a pensamientos que dificultan mucho el "salto al vacío" del amor.

Por eso, desde aqui, doy mi más cordial enhorabuena a los que siguen confiando y arriesgándose a amar: a sus amigos, a su pareja, a su familia... Sin ese coraje de amar ,el mundo sería un lugar muy, pero que muy frío y no valdría la pena vivir en él.

Sin personas arriesgadas ¿qué sería este mundo? un auténtico aburrimiento, una fábrica de reacciones medidas y de pasos calculados. Necesitamos la locura del amor que nos lleva a dar saltos inimaginables desde la mera razón.

Enhorabuena a los creyentes, sí, a los que creeen en el amor y los arriesgan todo por él esperando contra toda esperanza. Ellos, vosotros, hacéis del mundo un lugar cálido. Ellos, vosotros, os parecéis más a Dios.

domingo, 12 de diciembre de 2010

La practicidad de ser espiritual

¿Sabemos a qué nos referimos cuando catalogamos a alguien de "espiritual"? Hace poco conversaba con una persona y me di cuenta de que esa persona diferenciaba claramente entre la espiritualidad y las cosas de cada día, de tal manera que aparecían casi como incompatibles: o se es espiritual o se es práctico. En ese momento no le di importancia, pero desde ayer me ronda por la cabeza cuál es el significado que le damos a lo espiritual y qué es lo que nos hace separarlo de la vida que llamamos "normal".

Desde mi experiencia, si lo espiritual o la espiritualidad no nace y se dirige hacia la vida, no es tal espiritualidad. Creo que lo espiritual es la esencia del hombre y de la mujer y, por lo tanto, trabajar nuestra espiritualidad es trabajar lo más genuino de cada uno y de cada una. 

Teilhard de Chardin tiene una expresión que me parece fabulosa y cierta: "No somos seres humanos que hacen una experiencia espiritual somos seres espirituales que hacen una experiencia humana". Ciertamente, si contraponemos lo espiritual a lo material y si seguimos dividiendo la realidad en sagrada y profana, entonces es normal que por espiritualidad entendamos lo meramente religioso-cultual y por espiritual entendamos una persona que se desentiende de las cosas materiales o que no las prioriza. A mi modo de ver nada más alejado de la realidad. En el contexto judeo-cristiano, la raíz de la revelación es la de un Dios que se manifiesta en la vida y para la vida. Los profetas en el AT clamarán una y otra vez contra una religión alejada de la vida, contra el culto que no nace de un corazón que ama a Dios y a los hermanos. El profeta del AT clama con toda fuerza contra la injusticia de los poderosos. Os invito a leer a Jeremías, os parecerá que un discurso así debería resonar en los foros internacionales actuales. 

Y si vamos al NT en Jesús de Nazaret no encontraremos a un asceta del desierto, sino a un hombre que habla y vive en la ciudad, en los pueblos, que se mezcla con las gentes, que denuncia la hipocresía de los que se creen "santos y puros" por cumplir determinados ritos. Baste repasar el Padre Nuestro, la oración cristiana por excelencia, poco se habla en ella de las cosas celestiales y mucho de las terrenales: el pan de cada día, el perdón de las ofensas, no caer en la tentación, ser librados del mal... y, en Mateo 26, el juicio final en función del amor al prójimo: "¿Cuándo te vimos desnudo y te vestimos, cuándo en la cárcel y te visitamos (...) Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, conmigo lo hicisteis".

El Dios que se nos revela en Jesús es un Dios humano, persona. El Dios cristiano es el Dios de la vida, que vivifica al ser humano en este mundo y para las cosas de este mundo: "Sed astutos como serpientes y sencillos como palomas" dirá Jesús y "dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios". Todo ello no habla de separación sino de profundidad, de saber discernir, de mirar la vida con la mirada que permite que ésta desvele su auténtico origen y destino, ambos hondos y profundos, ambos inmensos, alejados de lo superficial.

Lo que nos aporta la espiritualidad auténtica (no el espiritualismo) es la apertura de todos nuestros sentidos internos para captar la realidad, toda realidad, en su original belleza y hondura. Por ello, todo hombre y toda mujer espiritual, serán seres amistosos, abiertos, dialogantes, positivos. 

Nadie más práctico que la persona espiritual, nada más práctico que la espiritualidad. Ser espiritual es ser inteligente, no comulgar con ruedas de molino de ninguna clase: ni civiles ni religiosas. Ser espirtual es comprender fascinado y sorprendido la sacralidad de todo y de todos y, por lo tanto, vivir amorosamente y, quien vive amorosamente es justo y es paciente y es servicial y es verdadero...

Me confirmo en lo dicho: nada más práctico que ser espiritual. 

jueves, 9 de diciembre de 2010

Cuatro verbos y el pan de la vida

Ya pasó el largo puente de la Immaculada. Lo he pasado conociendo un poquito de Castilla-León y lo que he conocido me ha enamorado.

Comparto con vosotros dos momentos y cuatro verbos. Los dos momentos fueron la navegación por el Canal de Castilla y la visita a la fábrica de harina, todo ello en Medina de Rioseco.

Primero me encontré navegando por un canal construído allá por el siglo XIX a pico y pala. El  Canal de Castilla nace de la idea de articular un eje de comunicación comercial, una red fluvial que hacia el norte llegara hasta Santander y por el sur hasta Madrid. Toda una obra de ingeniería que hoy costaría poco construir pero que en aquel momento supuso horadar la tierra a base de manos humanas.

Mientras navegaba apaciblemente por el Canal, pensaba en cuántas manos habían trabajado en la construcción de ese cauce, en cuánto sudor había regado el canal... Me dí cuenta, así, de que para que un buen día las cosas fluyan apaciblemente hay que vivir previamente momentos de duro trabajo. Es la fase de horadar la tierra, de eliminar obstáculos, de abrir camino...

Así pues, el primer verbo que comparto con vosotros es el verbo "fluir", un verbo que para poder ser conjugado en nuestra vida personal y social, precisa de otros tres. Esos tres verbos los encontré después en la visita a la fábrica de harina.

¿Alguna vez habéis pensado en todo el trabajo que se esconde detrás del trocito de pan que os váis a llevar a la boca? Pues yo a partir de la visita a la fábrica de hárina, ya no volveré a comer el pan de la misma manera.

La fábrica de Medina de Rioseco está junto al Canal. Es un edicifio que no llama la atención por fuera pero por dentro es un asombroso e intrincado puzzle de poleas, motores, cedazos, tubos... Todo absolutamente interconectado de piso a piso. Desde los cimientos de la fábrica alimentados por el agua del canal que mueve los ejes principales, hasta el último piso donde concluye el proceso, se descubre una maravillosa unidad. Esa fábrica me evocó mi propio interior: Yo también estoy configurada por diferentes "estancias" o "pisos" o "dimensiones" pero todo ello forma una unidad que soy yo misma.

En mí hay aguas subterráneas que a veces fluyen caudalosas y otras se secan. En la fábrica, cuando el agua no llevaba suficiente fuerza como para mover el rotor principal, se disponía de un motor para poner en marcha toda la maquinaria. A mí también me pasa, a veces no fluye (he aquí el verbo inicial o final) el agua de la vida, a veces me estanco, a veces no tengo fuerza y ¡qué necesario es disponer de motores alternativos! Os diré algunos de mis motores: cuando yo no puedo, se ponen en marcha el motor de la fe y de la esperanza; cuando yo no puedo, arranca su marcha el motor del amor: el amor que siento por otros me moviliza, el amor que recibo de otros me sostiene. ¿Cuáles son los motores de nuestra vida?

Y, hacia el final de la visita, la simpática mujer que nos lo explicó todo, resumió el proceso de fabricación de la harina en tres verbos: LIMPIAR, TRITURAR Y CERNER. Así de sencillo... Limpiar, triturar y cerner, los tres verbos que dan lugar al componente principal del pan, la harina... Y así es en la vida. El pan de la vida se origina conjugando estos tres verbos que son como tres tiempos vitales.

TIEMPO DE LIMPIAR:  Como para construir el Canal, es el tiempo de eliminar obstáculos, de hacer espacio, de abrir camino. Como para obtener una fina harina, es el tiempo de quitar impurezas, el tiempo de la primera criba. 

TIEMPO DE TRITURAR: El tiempo de permitir que la vida muela y haga fino lo que en nuestra persona es duro e impermeable. Dejarse triturar no es gustoso, duele y nos oponemos, por eso, como observé en la fábrica, hay que pasar por más de un punto de triturado. Los acontecimientos que nos trituran se suceden y repiten hasta que no oponemos resistencia y permitimos que se trasforme en polvo fino y suave toda nuestra dureza interior.

TIEMPO DE CERNER: cerner es el acto de pasar la harina por muchos y diferentes cedazos para conseguir una pureza mayor, para eliminar toda pequeña partícula de no-harina. El verbo griego crimeo significa separar, juzgar, discernir y de él vienen la palabra crisis y la palabra criba. De tal manera que podemos decir, siguiendo el ritmo que marca la fabricación de la harina, que también en cada persona se da un tiempo en el que es necesario separa el grano de la paja, es decir, ir a lo esencial de uno mismo. Un tiempo en el que es necesario saber juzgar, es decir, saber definir la propia vida en sus rasgos nucleares. Un tiempo en el que se debe discernir o cerner, es decir, eliminar todo aquello, por mínimo que sea, que nos separa de nuestra esencia, todo aquello que empeora el pan de la vida. Tantas veces esos cedazos que nos purifican del todo son las crisis que vamos atravesando y que funcionan como una criba que separa lo que soy de lo que no soy. Podríamos decir que el ser humano es una criatura "crítica" en el sentido de que nos vamos configurando en nuestra identidad atravesando crisis. Es conocido que en los caracteres chinos la palabra crisis viene representada por un ideograma que significa "oportunidad", y es que las crisis son una oportunidad para el discernimiento, para cerner la harina de la vida y dejarla más limpia y fina aún.

Así, tras estos tres tiempos, la vida interna fluye mejor, hay menos obstáculos y la navegación en las aguas del mundo transcurre más serena incluso en medio de todo tipo de dificultades.

Horadar la tierra interior: limpiar, triturar y cerner, para poder fluir. Así se amasa el pan de la vida.

Ya véis todo lo que puede enseñar una paseo por un canal y una visita a una fábrica de harina... Os lo recomiendo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Educar

Como veis me he tomado mi propio compás de espera. Creo que no todos los días se tienen cosas importantes que decir o que realmente valgan la pena, por eso no escribo cada día, es bueno silenciarse, dejar la tierra en barbecho y así permitir que emerjan ideas interesantes. No se trata de rellenar por rellenar...

Hoy quiero compartir contigo mis inquietudes en torno a la educación. Sabes que este blog pretende ser un lugar de reflexión en torno a la Educación de la Interioridad.... no sé si lo consigo o no, pero eso intento.

Por eso, hoy te propongo que reflexionemos juntos/as en torno al significado de la palabra EDUCAR. Seguro que sabes que su etimología viene del latín educere, que quiere decir "sacar, traer hacia fuera". Así, el acto de educar, es el acto de ayudar al otro a sacar la sabiduría que lleva dentro. A mí me gusta compararlo con un parto: la parturienta y el neonato son los protagonistas, pero necesitan ayuda, indicaciones certeras. Antes las comadronas eran esenciales. Me gusta esa figura de la comadrona. Generalmente eran y son mujeres que también han sido madres. Nada como ayudar a otro cuando tú mismo has hecho la experiencia...nada como ser ayudado por alguien que ha vivido lo que tú vives, que ha hecho el recorrido, que sabe por experiencia...

Pues, si aplicamos la metáfora del parto a la educación, podemos comparar a todo/a educador/a con un/a partero/a. Los/as educadores/as ayudamos a nuestros chavales a dar a luz lo mejor de sí mismos, no sólo en el ámbito cognitivo, sino en lo referente a su persona.

Precisamente hoy urge otorgar a la educación formal los espacios, tiempos y recursos para que los educadores puedan educar en este sentido. Pero para ello son necesarios, sobretodo, educadores auténticos, vocacionados, enamorados no tanto de su trabajo como de los alumnos, aunque en el caso de la vocación educativa ambos "amores" van de la mano.

Ser educador es una inmensa responsabilidad, pero hermosa. Ser educador supone, lo queramos o no, ser modelo: el alumno se fija en ti, te ve, te percibe...¿qué les transmitimos? El "curriculum oculto" es real. Educamos más con nuestras actitudes que con nuestras palabras y, quizá, se nos está olvidando.

La metáfora del parto nos puede ayudar porque será muy difícil guiar al alumno hacia el descubrimiento de sí mismo si el educador es ajeno a su propia identidad como adulto. Nadie da lo que no tiene. No puedo acompañar y guiar a mis alumnos en el camino de ser persona cabal, de descubrir mi sabiduría interior (no cognitiva) si yo no he transitado esos caminos.

Creo que no hace falta explicar más, es algo muy fácil de entender. Pero no por fácil hemos de pensar que no sea necesario traerlo al primer lugar de nuestra reflexión sobre la educación y más si nos situamos en el ámbito de la Educación de la Interioridad. Será muy difícil acompañar de verdad (empatizando, comprendiendo, esperando, sonriendo, amando, abrazando, mirando, acogiendo, despertando interrogantes y emociones, silenciando los ruidos...) si el que pretende acompañar no está en ese mismo proceso o no se ha dejado acompañar.

Hoy lo dejo aquí. Son unas ideas iniciales. Espero tus comentarios. Muy feliz puente, muy feliz vida.

martes, 23 de noviembre de 2010

Compás de espera

Hace poco un amigo compartía conmigo esta cita del genial Goethe:
"Educados en el silencio, la tranquilidad y la austeridad, de repente se nos arroja al mundo; cien mil olas nos envuelven; todo nos seduce, muchas cosas nos atraen; otras muchas nos enojan y, de hora en hora,  titubea un ligero sentimiento de inquietud; sentimos, y lo que sentimos lo enjuaga la abigarrada confusión del mundo"

Ojalá todos pudiéramos decir que hemos sido educados en el silencio, la tranquilidad y la austeridad. Pero sí es cierto que cuando iniciamos y recorremos caminos de silenciamiento, de reflexión profunda, de introspección y de conexión con uno mismo y con el mundo desde honduras mayores, entonces sí, nos damos cuenta de que "cien mil olas nos envuelven".
Nuestra actual forma de vida se caracteriza por una velocidad que aumenta de forma exponencial. Todo es para ahora mismo, todo debe decirse, saberse, tenerse y hacerse lo antes posible. Las nuevas tecnologías han introyectado al mundo un ritmo vertiginoso. Va desapareciendo de nuestro horizonte la capacidad de espera. Los mensajes de móvil, los mails, los mensajes instantáneos en los foros sociales han relegado las cartas, aquellas cartas que se escribían poco a poco y se enviaban y uno sabía que debía esperar a que llegara y esperar a que fuera respondida y dejada en el buzón... No hace mucho aún viajábamos sin móvil y se llamaba a casa cuando se llegaba al destino y, así, vivíamos con compases de espera.

Sí, los compases de espera están despareciendo peligrosamente. Porque ciertamente es peligroso que perdamos la capacidad de esperar. Peligroso porque aquello realmente esencial y valioso, precisa de crecimiento, de fases de descubrimiento, comprensión y acogida. Lo esencial y valioso, lo que pertence a la esfera del Ser, se cuece a fuego lento y nada tiene que ver con la comida rápida.

El amor, la amistad, la autocomprensión, la sabiduría, la fe y tantas cosas más precisan de los compases de espera. Dejar que las cosas sucedan a su tiempo es todo un arte necesario para no vivir alienados, agobiados y exigiendo.

Dentro de poco los cristianos nos sumergiremos en un gran compás de espera: el Adviento. A pesar de que el mundo comercial se salte este compás deseoso de hacernos consumir sin medida, los cristianos tenemos la oportunidad de preparar el enorme acontecimiento de la Encarnación del Hijo de Dios transitando cuatro semanas luminosas. El Adviento nos ayuda a recuperar la sabiduría de la espera activa. El Adviento nos prepara para poder ser adentrados en el Misterio de Dios que se hace carne, algo que supera cualquier lógica y espectativa y que no deja de sorprender a quien se acerca vulnerablemente a la Navidad.

Que las olas de la vida actual, que casi son un tsunami de requerimientos y prisas, no ahoguen en nosotros la sabiduría de la espera, la humildad de dejar fluir la Vida y hacerse consciente de los sentimientos que ésta hace nacer, sólo así seremos personas, no marionetas, contemplativos y no "mirones" o meros espectadores.

Un saludo con todo mi cariño a la espera de que visites este blog.



lunes, 22 de noviembre de 2010

"Cada uno da lo que recibe..."

Hay una canción que me encanta, y sé que a muchas personas más, entre ellas Laura. Es una preciosa canción de Jorge Drexler, se titula "Todo se transforma". Esa canción me ha acompañado en momentos especiales durante los últimos 3 años, llenándose de vivencias, de tal forma que yo la entiendo a mi manera, desde mi historia, como nos pasa a todos con las canciones que hacemos nuestras.

Esa canción dice esto tan hermoso: "Cada uno da lo que recibe, y luego recibe lo que da, nada es más simple, no hay otra norma: nada se pierde, todo se transforma". Algo así nos enseñaron sobre la energía en el colegio... y, claro, esto que dice Drexler habla de la Energía de la vida, de la Energía del Amor.

Si es cierto, y creo que lo es, que cada uno da en gran medida lo que recibe, esta que aquí escribe, debería pasar el día entero derrochando amor, ternura, generosidad, sonrisas y abrazos, porque es lo que recibo de tanta personas, comenzando por mis padres y siguiendo por mis amigos y amigas y, encontrando en medio una pléyade de personas que en el trabajo o en un encuentro fortuíto, te ofrecen inesperadamente auténticas perlas de humanidad.

Sinceramente: recibo mucho más de lo que doy pero también sé que doy algo de eso y, así, la ley se cumple: "cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da".

El sábado pasado, en Manresa, lugar especialísimo para mí, esta canción se hizo vida, baile y amistad. Marisa y Laura vinieron a verme. Dos rayos de luz en un día gris y lluvioso.

Sin planearlo, tal y como suceden las cosas más hermosas, resonó esa canción de Drexler en la sala donde tantas horas hermosas de interioridad he vivido con cientos de chavales. Esa canción y la presencia de mis dos amigas, me transformaron en danzarina y, juntas, danzamos la Danza de la Vida cuando la Vida toma forma de Amistad.

"Nada se pierde... todo se transforma" Aunque hoy ya no esté tan cerca físicamente  de mis amig@s, nada he perdido. Los encuentros ahora se han transformado en oportunidades para disfrutar aún más, para tomar mayor conciencia del carácter absolutamente único de la presencia de la amiga, del amigo en la propia vida. Son momentos de "leche condensada": un poquito tiene la capacidad de endulzar la vida.

Por cierto, Laura, ahora esta canción tan tuya y tan mía, es canción de las tres, de Marisa, de Laura y de Elena y de un momentazo único, genial... Ojalá se sumen más y más seres a ese baile de Amistad.

Os propongo hacer un ejercicio durante esta semana: recopilad todo aquello que habéis recibido, lo que se os ha dado, el patrimonio personal no tangible, los bienes inmuebles de vuestro interior: amor. sinceridad, empatía. generosidad, escucha, ternura, abrazos, besos, caricias, sonrisas, amistades y pasiones, etc... Escribidlo, dejáos sorprender por la larga lista de riqueza no contabilizable que acumuláis y poned nombres propios, como cuando el banco nos envia el extracto de movimientos y nos dice quién nos cobró qué cosa o nos pagó qué otra... Poned junto a ello el nombre de aquellos y aquellas de los que habéis recibido tanta riqueza y... por último: mira a ver qué das tú... seguramente la lista primera y la segunda se parecerán mucho porque, no lo olvides: "cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da".

Si quieres, me lo explicas o nos lo explicas, que ya somos 16 en este "blogito". Feliz semana.

jueves, 18 de noviembre de 2010

"No tengo ni idea de si te gusta el chocolate"

Esta mañana me he encontrado en el casillero de mi trabajo una paquetito precioso de un color verde vivo hermosísimo. Lo he llevado a mi despacho y allí lo he abierto. Era una cajita de bombones con un nota escrita con una letra plucra que ya me es conocida. La nota comenzaba diciendo "No tengo ni idea de si te gusta el chocolate..." y continuaba diciéndome que ese regalito era para endulzar los momentos durillos.

¡Qué maravilla! ¡qué gozada! Cuando alguien piensa en ti y se toma la molestia de comprar algo, de envolverlo, de preparar la sorpresa... Claro que para alguien con esa sensibilidad hacer algo así no es una molestia sino un placer.

Conozco un poquito a esa persona. Es una Educadora, sí, con mayúsculas, lo sé porque me han ido llegando ecos y porque es algo fácil de "diagnosticar" tras varias conversaciones con ella. Yo soy aún nueva en este centro escolar, pero ella, mi "chocolatera" personal, ha sido una presencia acogedora y cercana, especialmente este curso.

Podemos no saber muchas cosas de los demás, por ejemplo si les gusta o no el chocolate, pero ciertamente sí sabemos que los otros son personas como nosotros, personas que tienen días buenos y días malos, alegrías y disgustos... Sabemos que "a nadie le amarga un dulce" y que a todos, un pequeño gesto de cariño y cercanía, de comprensión, nos puede hacer recuperar las fuerzas perdidas y la sonrisa.

No sé porqué nos cuesta tanto tener detalles con los demás ¡es tan sencillo! Y mi querida "chocolatera" es una especialista en detalles: una sonrisa cada vez que paso a su lado, un "¿cómo ha ido?" cuando me ve tras realizar un taller con los chavales y ¡ya van dos lotes de chocolate! A este paso... ¡se agrandarán mis líneas curvas de pura felicidad chocolateada!

Personas así educan, enseñan, suscitan deseos de ir por el mismo camino. Gracias, Amaia... Sí, al final digo tu nombre, no puede ser de otra manera, perdona si no te parece bien. Y...sí, me encanta el chocolate y aún más los bombones, pero infinitamente más si los puedo compartir con alguien como tú.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Un sueño común que precisa un lugar común

Actualmente son muchas las escuelas que están poniendo en práctica o acercándose a proyectos de Educación de la Interioridad. Tengo el enorme privilegio de acompañar y asesorar a muchas de esas escuelas. En todas ellas encuentro personas sensibles, abiertas, deseosas, con ganas de hacer llegar a sus alumnos mucho más que meros conocimientos académicos.

Uno de mis sueños sería poder artícular un ámbito de encuentro entre todos esos/as educadores/as para poder conocernos, compartir deseos, dudas, cansancios... Porque desde donde yo estoy compruebo casi a diario que es infinitamente más lo que nos une que lo que nos separa, que en el mapa educativo de las escuelas cristianas hay una búsqueda y un anhelo común: la educación de la interioridad. ALgunos hablan de inteligencia espiritual, otros comienzan por la educación emocional... Pero al final vamos confluyendo en "algo" que busca llegar al sí de la esencia de cada alumno y darle herramientas para ser persona y ser persona con otros. Se trata de la competencia básica del "aprender a ser".

Por ello desde este humilde lugar de un pequeño y desconocido blog comienzo a poner palabras a mi sueño: crear un lugar común donde compartir este camino de búsqueda. No pienso sólo en un lugar virtual, internet para eso es una buena herramienta, pienso además en un lugar físico que podría ser en el futuro una "universidad de la interioridad".

Fijaos bien, la universidad del País Vasco otorga créditos a los estudiantes que hace ncursos de arteterapia y hay muchos palnteamientos en la línea de llevar esta terapia humanista a las aulas... ¿Por qué no soñar con generar un sistema organizado de estudios que puedan acreditar las facultades de Magisterio para impartir formación en Educación de la interioridad? ¡Ojalá!

Por mi parte voy sintiendo que falta equipo, personas, que la demanda es grande pero que somos pocos. ¡Animaos! 
Espero que el sueño compartido encuentre un lugar común donde ser cuidado, gestado y dado a luz.


martes, 9 de noviembre de 2010

Regresar a casa

Durante las dos últimas semanas se me ha hecho más y más patente la urgencia de poner toda nuestra creatividad a funcionar para ofrecer ámbitos en los que se puedan conocer los caminos de acceso a nuestra interioridad. Las personas creyentes parece que lo tendríamos que tener mas fácil puesto que las religiones tienen en sí pedagogías para hacer crecer el hombre, la mujer interior, sin embargo, las voces oficiales que más se hacen oir en los medios de comunicación parece que invitan más al dogma y al culto externo que a la vida interior. Catolicismo e Islam aparecen en las noticias y casi siempre por razón de asuntos bien poco religiosos. Si atendemos a las dos etimologías de la palabra religión, re-ligar y re-leer, las religiones debieran capacitar a sus fieles para re-ligar, es decir, volver a unir la realidad con su núcleo original que el creyente reconoce en Dios, un Dios Amor en el cristianismo y un Dios Misericordioso en el Islam. Evidentemente, cuando la deformación del fundamentalismo se hace presente en las religiones, éstas se transforman en lazos que axfisian y, en lugar de reunir o convocar, generan rechazo y repulsa.

Del mismo modo, si atendemos a la etimoliogía que relaciona religión con relectura, los fieles de las diferentes religiones debieran ser personas capaces de leer la realidad, toda realidad, desde las claves centrales de su fe. La lectura creyente de la realidad es capaz de ver en ella las huellas de Dios que no se aleja de su creación sino lo necesario para que ésta pueda ser. Cada lectura de la realidad tiene sus acentos desde cada religión, por ello ninguna lectura debiera ser excluyente, sino portadora de nuevas posibilidades de comprensión de la realidad. Ninguna religión agota el Misterio de DIos. Cada religión ofrece plenitud, pero no totalidad De nuevo aquí el fundamentalismo religioso transforma esa mirada que debiera ser contemplativa y, por lo tanto, humilde, en juicio, sospecha y persecución de lo no ortodoxo.

Es así, desde el fundamentalismo religioso como se perpetúa la separación entre sagrado y profano, es más, pareciera que esa separación es buena y necesaria.

Sin embargo, a pesar de esa deformación presente en todas las religiones, éstas están preñadas de sabiduría, una sabiduria que hoy se busca por doquier porque ha ido desapareciendo de la esfera pública. Nuestros políticos adolecen de palabras y hechos coherentes, los grandes mensajes bien ensamblados, capaces de ilusionar y esperanzar son inexistentes dejando lugar a riñas de patio de colegio entre unos y otros con continuas descalificaciones muy parecidas en ocasiones a las de los programas de cotilleo rosa.

¿Donde escucharán los jóvenes mensajes de hondura?¿Qué modelo de dirigentes, de líderes, de emprendedores encuentran? Que el premio Príncipe de Asturias al mérito deportivo sea otorgado a la selección española de fútbol dice mucho de por donde van los tiros en cuanto a los referentes que se ofrecen a la juventud. Por otro lado los contínuos escándalos de corrupción tampoco suscitan la confianza en los dirigentes políticos.

Pero en medio de todos estos desatinos públicos, sabemos que siguen existiendo las personas anónimas que viven cimentadas en recios valores como la generosidad, el servicio gratuito, la responsabilidad, el respeto verdadero a los demás, sean éstos quienes sean y vengan de donde vengan. Continúan existiendo personas con capacidad de reflexión honda, críticas con el aluvión de noticias falseadas y superficiales que nos llueven a través de internet y de la TV.

Y, gracias a Dios, aun hay hombres y mujeres sabios, creyentes y no creyentes, que, con valentía y lucidez, se adentran en los caminos del interior para buscar allí el ensamblaje de las múltiples piezas del puzzle de la vida.

Son muchisimos los creyentes y los ateos auténticamente humanos. Personas que irradian profundidad, sentido, paciencia... 

Urge hoy que entre todos reabramos las sendas que dan acceso a la interioridad humana. Urge que las religiones dialoguen entre ellas y pongan a funcionar a máxima potencia aquello que cada una tiene como regalo al mundo pero sin imposiciones y proselitismos que, en el fondo, buscan el poder.

Es muy urgente educar a nuestros niños, adolescentes y jóvenes para que sepan cómo vivir desde el interior para generar así una exterioridad que  no sea mero escaparate o protección  sino una exterioridad profunda que sale sin miedo al encuentro del otro y, si se escucha su susurro, del Otro, generando un compromiso hondo y serio con la vida.

Urge regresar a casa, al hogar interior. Al lugar donde puedo alimentarme y descansar, donde puedo reponer fuerzas y releer lo vivido. Sí... ojalá se reproduzcan como los virus de internet los mistagogos y mistagogas que nos enseñen, en el pórtico del siglo XXI, el camino a casa.

jueves, 4 de noviembre de 2010

DEJAR IR

Las personas tenemos una tendencia muy clara a aferrarnos a las cosas, a otras personas, a nuestras emociones, planes... Somos como trapecistas que nunca acaban de soltarse de su trapecio para lanzarse hacia el otro y, así, no acabamos de volar libres.

Sin embargo, el único camino para recibirlo todo es darlo todo. Hace poco os proponía observar y conectar con nuestar respiración. En ella descubrimos ese doble movimiento de acoger y de entregar. En la inspiración recibo el aire necesario, el oxígeno vital, al espirar lo entrego, porque no puedo retenerlo sino unos segundos. Si no inspiro, me ahogo, si no espiro también me ahogo. Pues bien, muchas veces pretendemos vivir en una contínua "inspiración", es decir, buscamos recibir  de fuera todo aquello que sentimos como necesario para nuestra vida, para nuestra felicidad. Esa continua búsqueda puede convertirse en una pulsión que genere una gran ansiedad. Quien se deja arrastrar por ella se puede convertir en un tirano en las relaciones y en un avaro en las posesiones. Pretender que cuanto necesito me llegue desde fuera, me aboca al éxodo de mí mismo y, a la larga, a terminar mendigando o exigiendo.

Pero también puede pasar que viva en una continua "espiración", es decir, incapaz de recibir nada de otros me siento realizado y feliz dando contínuamente, sintiéndome necesario en toda situación. Esa posición vital puede llevar al derroche de la energía personal que acabe dejándome tan vacío de mí como la pulsión contraria y además generando en los demás una sensación de ahogo.

Acoger agradecidamente y saber dar generosamente, los dos movimientos son necesarios, nos equilibran.

Con todo, sólo si dejamos fluir la vida ésta nos entrega todo su caudal. Dejar ir es lo más difícil, lo que más miedo nos da, pero es lo que más felicidad nos puede llegar a aportar. Se trata de soltarse interiormente, de no aferrarse a nada, a nadie. Es la actitud del contempaltivo que deja ser a todos los seres, que observa pero no manipula, que acaricia todo con su mirada afincada en el ser interior pero de nada se siente poseedor.

Especialmente necesario es aprender a dejar ir a las personas, dejar que el otro, la otra sea quien es, no pretender cambiar a los demás, no pretender que sean lo que creemos que son. Permitir que el otro se manifieste tal y como es y que ante mi presencia reaccione en libertad.

El amor entre las personas suele venir cargado de impurezas. ¿A qué llamamos amor? quizá al reflejo de mí en el otro, a las proyecciones que superpongo en la otra persona. El amigo, el amante queda tantas veces recubierto de capas y capas que no le son propias.

Amar es dejar ser y dejar ir. Amar es soltar las amarras que me atan al otro para poder pasar a caminar juntos eligiendo entre los dos el rumbo.

Dejar ir lo que más amamos nunca nos dejará vacíos, al contrario, recuperaremos todo aquello que creímos perder en una forma más genuína y hermosa, porque todo regresará preñado de libertad.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Bendita la luz de tu mirada...desde el alma

Hace muchos años alguien me dijo esta frase: "quien te cree, te crea", esa frase se me grabó en el corazón. La relacioné primero con el Amor de Dios. Dios ama de tal manera que nos crea, la creación entera es una explosión de Amor, una cósmica explosión de Amor. Fui descubriendo que dejar espacio en la vida a Dios es abrir un espacio al amor incondicional, al amor que ama sin razón o por razón de amor. Experimentarlo así me fue haciendo más libre. Cuando se sabe y se siente que hay un Amor gratuito e incondicional en tu vida, entonces brota una genuína libertad que aumenta cuanto más te abandonas en ese amor. "El mirar de Dios es amar" dijo S. Juan de la Cruz, ¡qué gran verdad! Dios mira amando, Dios ama mirando, fija sus ojos en nosotros, en todos, no hay criatura que esté huérfana de la mirada amorosa de Dios. María: lo experimento de forma especialísima y por ello pudo decir "Porque ha mirado la humildad de su sierva". Dios mira, Dios se fija en mí, en ti, en todos, es una mirada materna, la mirada de la Madre que no puede apartar los ojos de su hijo/a.

Nunca he conocido al Dios juez severo que mira con sospecha, desde pequeña he conocido la mirada amorosa del Padre, luego comencé a descubrir a Dios Madre y, poco a poco, me dí cuenta de que si te dejas mirar por Dios algo de su forma de mirar se te acaba contagiando y ya no puedes mirar a los demás con miedo, ni con juicios cerrados y severos. Quien se deja mirar por el Amor aprende a amar poco a poco. Es como una operación de catartas o una de esas que te quitan la miopía. Dejarse mirar por Dios descorre los velos que impiden reconocer este mundo y a cada criatura como absolutamente amados por Dios.

Dejarme mirar por Dios también me ha ido enseñando que en los lugares de dolor y muerte de la persona y de la humanidad, esa mirada es aún más cierta aunque se perciba como ausencia. ¿Miraba Dios a los judíos caminar hacia las cámaras de concentración? ¿miraba Dios a los millones de muertos del genocidio de Ruanda? la pregunta es ¿quién miraba a Jesús mientra cargaba con la cruz mientras moría en ella? Muchos volvieron el rostro, muchos no supieron ver en aquel varón de dolores la presencia del Amor que ama hasta dar la vida. Y es que Dios mira a través de nuestros ojos, igual da su Amor a través de nuestras  manos. Hoy seguimos sin saber descubrir que Dios se ha quedado a los pies de la humanidad sufriendo con los que sufren. Sólo quien mira muchas horas, muchos días a Dios dejándose mirar por él lo descubre. 

Y.así, he ido descubriendo que aquella frase "quien te cree, te crea" tiene un color especial referida a la mirada entre nosotros, entre los humanos. He vivido el poder receador en mí de la mirada de quienes me aman y el poder destructivo de las miradas torcidas o severas. 

Nada más excelso, nada más hondo, nada más indecible que la experiencia de ser mirado por otro o de sentir que tu mirada brota del corazón hacia otro. Porque cuando miro, cuando fijo mi atención en alguien le otorgo realidad, pienso en tantos rostros o miradas que he esquivado, que he hecho como que no veía, esa es la forma humana de decir "tú no me gustas" o "tú me molestas" o "tú me agredes". Apartamos la mirada cuando nos da miedo ser mirados, cuando no hay trasparencia. Por ello, mirar y creer van unidos: si te miro, te veo, si te veo establezco contacto, si contacto contigo siento una llamada que me lleva a creer en ti... eso nos enseña Jesús aquel que fue más allá de todas las apariencias de todos y miró creyendo en la bondad de la prostituta, del recaudador de impuestos, de Zaqueo... y su mirada que atravesaba las corazas externas, los prejuicios sociales, encendía nueva vida, era fuente de creación.

La comunión de las miradas no es atontamiento ni alienación del mundo, la comunión de las miradas teje redes de fraternidad, destroza los argumentos de ataque o defensa. Frente a la mirada del otro desaparece la confrontación y brota, suavemente, la comunión.

"Bendita la luz de tu mirada, desde el alma" canta Maná... Si, bendita la luz de tantas miradas que me han creado, que me han re-creado. Benditos los valientes que se han atrevido a mirarme cuando no quería ser mirada y me han rescatado con el amor que provenía de la mirada del amor.

sábado, 23 de octubre de 2010

El mensaje inscrito en tu respiración.

Inspirar y espirar... los dos momentos irrenunciables de la respiración hasta que cada uno de nosotros, espiremos el último aliento y nos dejemos ir...
Vinimos a este mundo con una gran inspiración que dicen los especialistas, nos hizo sentir que nuestro pulmones eran abrasados al pasar del medio líquido de la placenta al medio aéreo. Nacemos abriéndonos a la vida que llega en forma de oxígeno, nos iremos entregando el último aliento...
Mientras tanto, inspirar y espirar se suceden de forma fluida a veces, entrecortada otras...

Observa tu respiración... Conecta con ella y simplemente sintoniza con ese ir y venir fluido y constante de aire que entra en ti y sale de ti.

Así es la vida... la conjunción del saber acoger y del saber dar. Quien sólo sabe recibir, acumulando, tarde o temprano se queda sin sitio para más o es atrapado por aquello que cree poseer. Quien sólo sabe dar no vive el gozo de acoger, quien sólo sabe dar se vacía torpemente...

En el ritmo de nuestra repiracion resuena un mensaje: acoger y entregar. Cuanto más profundamente inspiro, cuanto más me lleno, más puedo dar, más puedo entregar. cuanto más entrego más esapcio para poder acoger. Vacío y plenitud van de la mano...

Repira profundamente... Escucha el mensaje inscrito en tu respiración

lunes, 18 de octubre de 2010

A los adolescentes, a los jóvenes... un poema.

Dime, ¿dónde se esconde la sonrisa cuándo abandona tu rostro?
¿dónde duerme el beso de tus labios cuándo dejas de darlo?
Dime, ¿hacia dónde va tu abrazo cuando se cierran tus brazos?

Dónde se refugia tu ser cuando sientes frío,
cuando el miedo atenaza tu alma
cuando le cierras tus ojos al alba.
Dime... porque yo busco tu sonrisa
¡me haría tan feliz verte sonreír...!
és ahora cuando debieran habitar tus labios francas sonrisas
y no rictus amargos.

Dime... porque tus labios debieran estar deseosos 
de besar el rostro de tus seres amados,
es ahora la época de los besos tiernos, de niño amado.

Dime... porque tus brazos debieran estar como nunca abiertos,
libres para dar y recibir abrazos, brazos abiertos, confiados,
no rígidos, cerrados,
es ahora el tiempo de los abrazos.

No debiera ser ahora tiempo de frío ni miedos,
debieran estar tus ojos abiertos antes del alba,
abiertos los párpados para recibir el día,
pletórico tu ser de vida que desea ser vivida...

No te duermas, no te cierres, no temas,
no llores... 
No en el comienzo de tu vida, joven...
No en el comienzo de tu vida...

sábado, 16 de octubre de 2010

La realidad y la realidad virtual

Si a los 15 años me hubieran dicho que con 42 estaría publicando pensamientos en un blog no hubiera  sabido de qué me hablaban, claro que en aquel momento los ordenadores nisiquiera formaban parte de mi vida. Parece mentira la forma en la que en pocos años la tecnología ha pasado a formar parte irrenunciable de nuestro día a día, aunque algunos aún nos resistamos a darle ese lugar y esquivemos su irrenunciabilidad como podemos...

El hecho es que, a través de los ordenadores, ha llegado a nuestras vidas otra realidad, la realidad virtual. Resulta paradójico que algo virtual califique la realidad... Algo que existe pero no en esta realidad. Curioso, esto último podria servir para definir también el mundo subatómico o...incluso para intentar definir lo espiritual, existen pero no en esta realidad conocida, la realidad que nos es familiar...

Con todo, ese mundo virtual de los ordenadores, de internet, no es real, incluso está lleno de mentiras; perfiles falsos en internet para enmascarar a pedófilos, retoques que generan mujeres que no existen, perfiles en facebook con 500 personas catalogadas como "amigos" ¿creíble? En cambio el mundo subatómico por más invisible que resulte para las personas de a pie, existe, está ahí, en cada trozo de materia y lo mismo el mundo espiritual, real aunque perteneciente a una esfera de la realidad difícil de explicar con palabras, pero tan real  para muchos de nosotros como el mundo cuántico.

En cambio lo que puede cargar de realidad ese mundo virtual es el hecho de que se convierta en fiel transmisor lo que acontece en la única realidad en la que vale la pena invertir energías: la vida.

Algo así ha sucedido con el drama del derrumbe de la mina chilena y el rescate de los mineros. Ese es el mundo real, que  no engaña, es lo que es. Gracias a internet, millones de personas han podido seguir esos acontecimientos en tiempo real (tiempo-real). El mundo real llama continuamente a nuestras puertas en forma de pateras, de fracaso escolar, de mujeres maltratadas, de mafias que trafican con  niños, con mujeres... El mundo real ofrece oportunidades para que se manifieste lo mejor del ser humano cuando éste se implica en el cambio de la cara oscura de la vida. Lo virtual descubre su potencial cuando se convierte en "voz" e "imagen" de los que no tienen voz ni imagen en la vida política y económica.

Yo no quiero ser virtual, por más que estas palabras que ahora escribo, pasen a formar parte de ese mundo. Yo quiero ser real y vivir la única realidad, esta que lleva en su seno el latido de la Trascendencia.

miércoles, 13 de octubre de 2010

CUANDO ALGO SALE MAL

Al dedicar una parte de mi tiempo a dar cursos, me doy cuenta de que generalmente yo planteo lo que funciona, parto de la base de que, desde mi experiencia, la educación de la interioridad con un serie de contenidos y metodologías, funciona, vamos, que las cosas "salen bien" y es verdad, no puedo decir lo contrario. En los más de 10 años que llevo haciendo talleres de interioridad con adolescentes compruebo que es una forma de trabajar que permite disfrutar y aprender más al adolescente y al adulto. Pero, también es cierto que  a veces las cosas "no salen bien", es más, pueden salir mal. ¿Qué hacer cuándo las cosas salen mal?

Me parece que aquí es cuando no se pueden aplicar fórmulas preestablecidas. Con todo, creo que los adultos tenemos una tendencia muy clara a culpabilizar, a buscar culpables: o fue por mi culpa, o por culpa del grupo, o por culpa de... Sin embargo todo eso es una trampa, las cosas nos pueden salir mal y ¡no pasa nada!

Pusiste todo tu empeño. preparaste las cosas con detalle y tiempo, intentaste cuadrar todo... ¡bien! pero resulta que aquello preparado con tanto mimo falla, no sale, no saltan chispas, no funciona o alguien no entró o incluso lo criticó. En ese momento uno puede sentirse como ante un tribunal cuyo veredicto es "no lo hiciste bien". ¡Ojo!: ya está nuestro ego haciendo de las suyas y deformando la realidad.

Cada uno de nosotros tiene un grado más o menos mayor de perfeccionismo, una autoestima más o menos sanamente situada, más o menos sentido del humor y más o menos realismo, pero sea como sea, que algo no salga bien, afecta. La clave, creo yo, es desterrar la culpabilización. Mirar con objetividad lo sucedido, evaluar si lo que salió mal fue todo, o algo, o qué tanto por ciento y, simplemente, enmendar lo enmendable y acompañar a quien pudo quedar afectado por aquello que no funcionó.

Esto, que podría referirse al marco del trabajo con adolescentes y jóvenes, me parece aplicable a cualquier ámbito de la vida. No nos culpabilicemos, pero, aún más, asumamos que el fracaso forma parte de la vida: sólo quien no hace nada no fracasa. Es más...el error o inlcuso el fracaso nos enseña más que el triunfo o el que las cosas vayan bien.

¿Qué te parece a ti?

viernes, 8 de octubre de 2010

A cada día le basta su afán III

Me encantaría decir aquello de "han sido numerosas las personas que han respondido a nuestra pregunta", sin embargo, el número es lo de menos, lo de más es la profundidad de las reflexiones y lascalidad de las personas. 

Podéis leer las aportaciones de dos grandes seres humanos en los comentarios de la entrada de ayer. Esas dos reflexiones nos hablan de providencia ydisponibilidad, por un lado, y de vivir el presente por otro.

La reflexión de Natxo sobre la providencia y la disponibilidad nos abre a la reflexión sobre el sentido de lo que hacemos, desde dónde y hacia donde. La disponibilidad para servir a los demás, el permitir que el otro o el Otro entre en nuestro tiempo, abrir los minutos y horas de nuestra vida a los demás. La disponibilidad es una actitud, una forma de vivir, algo que brota desde el corazón. Las personas disponibles son poesía en medio del mundo. Seguro que conocéis personas así, en el trabajo, en la familia, en el grupo de amigos... son los que están ahí para lo que sea, a cualquier hora, cualquier día, para lo que sea. Personas que si captan cualquier necesidad a su alrededor se hacen presentes de mil maneras, ellos y ellas hacen presente la Providencia de Dios.

Javi nos proponía vivir el presente. ¿No os parece curioso que el presente sea el tiempo que peor conjugamos a veces? y. sin embargo, es el único tiempo que nos pertenece. Como muy bien dice Javi, es ahora, es en este momento concreto y exacto, el momento en el que tengo la oportunidad de amar, de sonreír, de decir, de abrazar, de ayudar...

Pues creo que entre Natxo y Javi nos han dado las claves que pueden descubrirnos algo de lo que quería decir Jesús con esta frase. A cada día la basta su afán nos habla de estar despiertos, atentos, vigilantes, es decir, conectados, viviendo el presente y esta es la única forma de que podamos estar disponibles y ser para otros providencia de Dios.

Una agenda llena no es sinónimo de disponibilidad, puede ser la excusa perfecta para vivir de puertas hacia fuera de uno mismo. Una agenda llena tampoco tiene porqué ser sinónimo de estrés siempre y cuando se sepa vivir humildemente en la conciencia de los propios límites, sin creerse inagotable. 

Miro mi agenda y le aplico la prueba de la disponibilidad: ¿Aquello que hago nace de un deseo de servir, de una llamada a ayudar y a ofrecer lo mejor de mí? y la repaso desde la conexión con el presente: Hoy es hoy, hoy puedo hacer lo que puedo hacer y lo hago lo mejor posible, presente en el presente, mañana... Dios dirá.

Os deseo un puente en el que podáis vivir cada día con sus afanes, en este caso, espero que sean para vosotros y para mí, afanes de encuentro con los seres queridos, de descanso, de serenidad... Pero...¡quién sabe! Dejemos que la vida fluya aquí y ahora. Un abrazo.

jueves, 7 de octubre de 2010

A cada dia le basta su afán II

Queridos/as amigos/as... ¿habéis pensado algo sobre lo que os proponía ayer? Me encantará recibir vuestras reflexiones, de todos modos mañana compartiré la mia. Hasta pronto.

miércoles, 6 de octubre de 2010

"A cada día le basta su afán"

Hoy me han pedido reservar mi agenda para dar unas charlas en setiembre del 2011, la semana pasada me pidieron reservar la semana santa del 2012 y no es la primera vez. Mientras escribo estas líneas os podría decir lo que se supone que estaré haciendo cada día hasta el mes de julio... ¿No es de locos? Un poco sí, creo yo.

Cada vez que anoto en la agenda actividades para dentro de cuatro o cinco meses en el mejor de los casos y para dentro de dos años en el más exagerado de los casos, no puedo evitar pensar que es mucho planificar, otras veces me sonrío y pienso en la cantidad de cosas que me pueden pasar a mí o a quienes me llaman en ese tiempo. Somos muy arrogantes o muy ingenuos, no lo sé... Si lo piensas detenidamente la manera que tenemos de organizar nuestras agendas es un poco orgullosa, no porque lo seamos conscientemente, pero sí se nos cuela el creer que dentro de dos meses todo estará como hoy: estaré sana, tendré medio de transporte... 
 
Pero, además, hay ocasiones en las que, cuando miras la agenda y ves tal cantidad de trabajo, te derrumbas o cuando menos te estresas porque pierdes la dimensión exacta de la vida y ésta es que cada día tiene 24 horas, ni más ni menos... "A cada día le basta su afán" ¿por qué diría esto Jesús? él no se caracterizaba por su "agenda vacía". 
Pues, querido/a amigo/a mío/a que lees estas reflexionos, te invito a meditarlo. Profundiza estos días en la frase de Jesús. Haré una cosa: no compartiré contigo mi reflexión ahora mismo. Investiguemos juntos hasta el viernes qué puede esconder esta frase, a donde nos lleva... El viernes nos volvemos a encontrar, en el umbral que dará paso a un exquisito puente. Entonces te diré todo lo que a mí me sugiere esta frase y, si te apetece, ve dejando tus reflexiones en los comentarios del blog. Buenas noches y hasta el viernes.

martes, 5 de octubre de 2010

La enseñanza sin palabras

En un blog la palabra es el medio principal de comunicación. Palabra escrita que después será palabra leída (¡y ojalá sea palabra que sugiere!). Si algo está presente en nuestras vidas es la palabra, a veces, por desgracia en forma de palabrería. ¿Alguna vez has experimentado la magia de la palabra preñada de contenido? esa palabra que se lee o se escucha y se siente que llega cargada de algo diferente, que te lleva a lo profundo, que se te clava en el corazón, que te otorga la posibilidad de expresar aquello que creías inexpresable. Palabra que interroga , palabra que remueve, palabra que sosiega... Cuando en la vida se ha gozado de esa palabra es difícil conformarse con otra.

En las diferentes religiones y tradiciones de sabiduria de la humanidad encontramos ese tipo de palabra, palabra que habla de otra realidad difícil de abarcar, palabra que se hace luz e ilumina el camino hacia la Verdad. Palabra humana gestada en la experiencia interior o Palabra Revelada, reconocida como nacida en Otro que la vuelca en palabras humanas.

Pero, paradójicamente, todas esas tradiciones de sabiduría, acaban aludiendo al silencio a la no-palabra como el lugar esencial para la iluminación interior o para el encuentro con la Vida.

Personalmente creo que habitamos un tiempo en el que hemos olvidado la necesidad del silencio, su condición de lugar de encuentro con uno mismo, con los demás, con el Trascendente. Los hombres y mujeres del siglo XXI hablamos mucho y callamos poco, hablamos de casi todo aunque no sepamos de casi nada. La falta de un silencio que se haga escucha honda nos hace charlatanes, atropellados, poco reflexivos... y, para colmo de males, las nuevas tecnologías pueden convertirse para muchos en grandes y potentes amplificadores de mucha palabrería vacía cuando no de muchas mentiras.

Por eso hoy te propongo que, buscando un lugar y un momento de silencio esta semana, quizá aprovechando el cercano puente del Pilar, medites esta cita del Tao Te Ching (libro de ancestral sabiduría china).


Lo más débil del mundo,
cabalga sobre lo más fuerte que en el mundo hay.
Sale del no-ser,
penetra donde no hay resquicio.
De ahí conozco yo el provecho de no-actuar.
La enseñanza sin palabras,
el provecho del no-actuar,
pocas cosas en el mundo se les puede comparar.

(Tao Te Ching XLIII)

lunes, 4 de octubre de 2010

Loado seas, mi Señor, por la hermana muerte

Octubre se abrió con el recuerdo de Teresa del Niño Jesús y hoy nos invita a recordar a Francisco de Asís, quizá el santo más universal. De la vida de Francisco algunos se quedan con la idea de una vida un tanto anti-sistema o hippie. Una vida en contacto armónico con la naturaleza (es el patrono de los ecologistas) y con unas relaciones basadas en una fraternidad sencilla y amable. Sin embargo, la vida de Francisco está atravesada por líneas de dolor, por opciones que le llevaron a romper con personas y contextos amados por él. Francisco asistió a la crisis entre sus muy numerosos hermanos que le exigieron una regla a él que nunca pensó tal cosa. Experimentó la noche oscura y tanto se adentró en el sufrimiento del mundo que su cuerpo quedó señalado con las llagas de Jesús, nada menos agradable y romántico.

Uno de sus poemas más conocidos y hermosos es el "cántico de las criaturas". En él, Francisco alaba a Dios por las cosas creadas denominándolas "hermanos y hermanas": Hermano sol y hermana luna, hermana agua, hermana-madre tierra... Y una de esas alabanza la refiere a la hermana muerte-corporal de la que dice que "ningúan vivente escapa a su persecución". y es que la muerte forma parte de la vida, no las podemos separar. Los hombres y las mujeres sabios al igual que las culturas sabias, saben convivir con la muerte y acogerla como parte de ciclo de la vida. Pero, antes de la experiencia final de la muerte corporal, hemos de vivir las pequeñas o grandes muertes que conlleva el crecimiento personal, entre ellas, la más importante y difícil  la muerte del ego, la muerte a esa parte de nosotros que nos cierra a los demás, que nos lleva a cerrarnos a la verdad y a buscar falsas seguridades. El ego que todo lo ve como separado, el ego que vive en el dualismo y etiqueta la realidad por su apariencia sin saber ir al fondo profundo, más allá de los fenómenos.

Sólo el dinamismo de la parte espiritual del ser humano le permite acceder a esos fondos profundos de la realidad, allí donde se es adentrado en el descubrimiento de una realidad no-dual y transpersonal. Espiritualidad y religión no son sinónimos. Se puede ser muy religiosos y escasamente espiritual y se puede ser profundamente espiritual y nada religioso. Los hermosos significados de la palabra "religión" (re-ligar o re-leer) han quedado tantas veces trabados y anulados en el sí de las religiones cuando estas se cierran en sí mismas.

Creo que los hombres y las mujeres realmente espirituales, es decir, abiertos y dóciles al dinamismo de vida que hay en el espíritu, siempre suponen un revulsivo para las visiones cerradas y seguras de sí mismas que hay en el seno de las religiones, de los sitemas filosóficos y políticos,. Los seres auténticamente espirituales saben morir a sí mismos y a todo aquello que empequeñece la grandeza del ser humano. La auténtica espiritualidad nos arraiga a la vida haciéndonos críticos y libres, capaces de acoger la evolución inherente a la Vida aunque tal evolución nos lleve a revisar nuestros esquemas continuamente y a morir a nuestras seguridades abriéndonos, sin embargo, a los horizontes infinitos de la Vida.